En los bares, solo,
solo me encuentro
conmigo, un loco
que llora por perder su cuento.
En los bares, lo prohibido,
llorar sin amigos
junto con los vencidos
por perder el hilo de la vida.
En los bares, con Ron,
apenado...
dolor en el corazón
y me siento condenado.
Enfrente del personal
no hay que presentarse mal,
que alegre me quiero mostrar
aunque no deje de sangrar.
Es prohibido para el noble
llorar como un desprotegido,
que no es digo para el joven
cambiar la sonrisa por llanto afligido.
En los bares, consumido,
por la rabia y el odio...
por sentirse reprimido
y por perderlo todo.
En los bares, ahogado,
ahogado en licores
borrando lo recordado...
olvidando hasta los olores.
En los bares, muerto,
de mi cuello una soga
que deja caer un corazón tuerto
junto a las cenizas... de mi hora.
Enfrente del personal
no hay que sentirse mal,
hay que vivir orgullosamente
en contra de la muerta mente.
Todos guardarán un lamento,
un destrozo de algún momento
que toca la fina fibra...
la fina fibra del sentimiento.
En lo bares, guardo yo,
lo negado
lo prohibido:
lágrimas.