domingo, 30 de diciembre de 2012

El vicio


Los ríos y torrentes
llevan consigo en corrientes
tu palabras decientes,
que en mí se quedan sedientes.

En las altas montañas
las vistas son encontradas,
arriba, son aladas
esas nubes doladas.

Los cielos son claros
y los mares templados,
las nubes tienen huecos
donde el sol da destellos.

Tú eres para mí el centro
de divino momento,
tú eres para mí el centro
y quien lleva el camino correcto.

Pasados que recuerdo
cuando el loco aún era cuerdo,
vió en el camino el rescuentro,
siendo este nuestro acuerdo.

Los días que existieron
en nuestra memoria, murieron,
promesas se perdieron
el daño que me hicieron.

El tiempo sí que pasa,
ayer es ahora...
está al caer
el nuevo amanecer,
está al caer:
tu corazón ya no es el de ayer.

Tú eres para mí el centro
de divino momento,
Tú eres para mí el centro
y quien lleva el camino correcto.

Los prados que son verdes,
los ríos que son azules,
paz, armonía, a veces
se respiran y tu mientes

cuando deseos dices
que quieres comer perdices,
buenos hombres atractrices
y fama con matrices.

Si poemas te dedico
pareciéndote un adicto
es por ser ficticio
o por querer tener vicios,
tú sabrás, si este es bueno
o algo malicio.

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