martes, 3 de marzo de 2015

Caballos de fuego

Caballos de fuego
corren sobre la ira,
rojo cielo
sangre que cría.

Guarda en la furia
la verdad.
Mirada fruncida
sed sin saciedad.

Queman las venas
el fuego sincero:
al rojo vivo
ese olor pordiosero.

¡Cabalgad sobre el dolor!
¡Aplastad al enemigo!
¡Descubrid la verdad!

Caballos de fuego,
corren,
sobre el llameante prado.

Caballos de fuego,
salpican,
llamas a su paso.

¡Cabalgad sobre el dolor!
¡Aplastad al enemigo!

Arden en las venas
la venganza a cobrar:
la sangre no me llena
¿cómo voy a respirar?

Caballos de fuego
corren sobre la pólvora,
rojo infierno
vuelan despellejadas tórtolas.

Consume el infierno,
con sus monstruos,
cualquier deseo
o reclamo oscuro.

Brazos que se aferran,
a mí, por la misma fatalidad.
Gritan, lloran o pelean,
o piden claridad.

Se enfría este caos:
ríos de sangre
caen por todos los lados
como ocurre ahora,
como ocurrió antes...

Caballos de fuego,
¡cabalgad toda la fría noche,
del infierno al cielo,
y teñir la luna
en mi nombre!

Caballos de fuego
se apaciguan con el tiempo.
Sólo queda la luna
teñida de rojo.

¡Cabalgad sobre el dolor!




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