Decidí un día no presentar batalla alguna y resguardarme
de peligrosos combates, sin embargo, alguien con su mirada me lanzó, sin que
ella supiera ni quisiera, una flecha envenenada (un veneno que me enloquecía y
me desesperaba) y me metió en una batalla, un juego del que yo no me esperaba y
decidí un camino (el equivocado) perdiendo la primera vez. No en vano dejé que
el tiempo me diera que pensar mientras me curaba y noté que aún tenía astillas
de la flecha que me quise arrancar (¡Maldito veneno!). Supuse que ser poeta era
el filo de mi espada, el escudo de mi locura y el grito de mi alma, y comprendí
que no era un arma de lucha sino de paz. Tomé posesión de la pluma como una
bandera fuese y con destreza y maestría (maese de honor fuere) comencé a
levantarme y hacer frente al camino, obrero de mi casa, poeta de mi esencia,
que con inteligencia pensé que tal vez las esperanzas no fuesen vanas pues ya veo
la buena ruta de esta vida tan bruta. Cada paso me hace un agudo dolor en el
corazón (quien habla y no calla), no existe imagen ni color para expresarlo, no
existe remedio para tal desenfrenado sentimiento. Adicto alguien me dijo... no
lo sé, ¿existe el límite marcado por ley? Vi que mis mensajes estaban en tu
armonía y te distes cuenta de dónde sacaba yo la fuerza, pero ya era tarde,
vestido de Hood acerté en tu armado pecho y noté el olor de tu armadura
quemada, aprovechaste, pues de mi distracción, y decidiste lanzar otra flecha,
esta vez con la pluma (¡qué maesa!). Me distes, pero acostumbrado me tuviste
tanto tiempo que ya ni me acordaba que era el capitán quien ordenaba lanzarte
las cartas. Perdí el interés por el cuerpo cuando conocí lo bueno de estimular
lo de dentro. La batalla es un juego como la vida un misterio, el destino una
parodia y el tiempo quien lo borra todo... entonces ¿Habrá que pararlo no, y
hacerlo eterno? ¿O prefieres que supure tus dolores, que se queden cicatrices y
un recuerdo que muera el seso e duerma para siempre?
Me encanta como elegiste las palabras. Tu relato no solamente que expresa mucho sino parece que es una musíca que suena desde adentro de tu alma.
ResponderEliminarMe complace tu análisis Sandra, sobretodo viniendo de ti.
EliminarUn fuerte abrazo
NIG
Me gusta la velocidad con que se lee, es sentido y transmites mucho. Creo que no te había leído aún, que sepas que tienes una lectora más :)
ResponderEliminarMuchas gracias Katherine por tus palabras: mi blog está para tu ocio literario las veces que quieras ;)
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