domingo, 30 de junio de 2013

Reflexión I (Size: Normal)

He estado pensando en varias cosas hasta este momento: un blog, un amigo, una comunidad... todo esto conducido desde una forma de vida, un estilo, unas situaciones... esta claro que yo empecé a escribir porque era una forma de desahogarme, siempre con un sentimiento en mi corazón hasta que decidí manejarme sin sentimientos en mis escrituras, sin sentimientos producidos por las situaciones, pero sin dejar de escribir sintiendo algo. ¿Cómo? Pues pensando ese sentimiento, como hice en el poema "Furia", mintiéndome a mi mismo como si tuviera esa ira y esa rabia dentro de mí.

Retomando el discurso, empecé el blog gracias a una amiga, continué con el blog gracias a un gran amigo, me hice una comunidad por mi cuenta y otra vez gracias a este amigo (conocido este gentilhombre como Tony Fabeiro) la comunidad creció a gran velocidad en pocos días. Sí, es pequeña pero si cuando éramos 250 ya estaba contento, pues ahora al ser casi 400 estoy la mar de contento (lo gracioso será leer esta entrada cuando seamos muchos más).

La reflexión que yo vengo a cuestionar es la siguiente: ¿Cuál es el motivo que lleva a tanta gente a escribir? Como ya he dicho, yo empecé para desahogarme y sigo por los motivos explicados aquí; pero me interesa vuestra situación. Responderme con un comentario.

Gracias a todos.

Un fuerte abrazo

NIG

sábado, 15 de junio de 2013

Triste historia de amor (Prosa, Ensayo)


NOTA DEL AUTOR: La canción para acompañar la lectura

***************

Decidí contar al mundo, o al menos, que todos pudieran leer lo que, a mi parecer, ocurrió algo difícil de creer.

En el momento que los lobos aúllan, al cielo, exclamando su sed de sangre, los cuervos vuelan observando con que vida acabaran y los demonios salen también a divertirse y a cazar; un ángel, con antiguos modales y extraños comportamientos, decidió andar sobre los cimientos de un lugar que solo escondía en la oscuridad a una multitud, pero a todos no, sólo una persona estaba en la luz. Ella.

Entré como el ángel que vuela por encima de las miradas llenas de rencor. Y volé por encima de cuchillos y maldiciones llenas de furia, rabia y dolor... Yo veía en ella lo que los demás no veían... sólo unos pocos aprovechados compartían conmigo ese mismo don. Yo veía en ella bondad y simpatía, dentro de una mezcla formada por el conjunto de su sonrisa y su mirada, que me ataba las alas para no volar y marchar. Yo veía en ella que cualquiera en su lugar hubiera acabado ya de arrancarme las plumas de mis alas y junto a mi esencia quemarlas para poder siempre olvidarlas. Yo veía en ella que la pureza de sus palabras iban más allá de la simple verdad. Yo ví, en sus ojos castaños como almendras tostadas, un fuego de color azul entre gritos que se perdían entre el ruido del local. Veía, que era cierto hasta en su comportamiento, que el juego del amor la azotaba sin parar. Sentí que era la ocasión, que tenía que intentarlo hasta dos veces más hasta que, sin saber ella misma ni lo que decía, yo ya no quise mirar ni enterarme de nada más. Hize un escudo para conducirme sólo por el camino de la felicidad en un antro tan lleno de borrachos y maldad. Hize un escudo (¡infeliz infantil que soy!) para protegerme de la melancolía y de llorar, para que simplemente pudiera disfrutar de la soledad, para que pudiera extender mis débiles alas hasta la infinitud del horizonte y ver llover mis plumas blancas sacudiendo la negra situación tan pudienta como sangrienta para mi tímido corazón.

La memoria aún me golpea aunque ya no sea el ángel que creció en mi interior. Me acuerdo de todo, sin olvidarme ningún detalle, sin olvidarme que después de verte feliz de vi llorar. Te vi llorar por algo que TU no quisistes crear. Te vi llorar: yo de pie y tu sentada en el suelo de la calle del bar.

Me fuí, me largué hacia el infierno donde pude consumir lo que me queda del amor en una copa de coñac fría, aspera, densa, triste donde el lento alcohol estaba mezclado con algo lleno de odio, veneno y dolor.

 

viernes, 14 de junio de 2013

Sueños

Sueño con un cielo
azul y despejado
donde vuelen pájaros
sin sentirse atados.

Sueño con un mar
limpio de cualquier mal
donde reluzca
vida animal.

Sueño con la Justicia
de un solo bando
y una milicia
de una mano de paz.

Sueño con tener
un alma compartida
en un mundo
de verdades sin mentiras.

Sueño con perder el miedo
y decir lo que pienso
y lo que siento,
a plena voz,
con todo mi ser
y todo mi querer.

Sueño en ver real
terminando bien
lo que comenzó mal.
Sueño con un hielo
que caliente
y un fuego
que enfríe.

Sueño con poder acabar
la empinada montaña
que tengo que escalar.
Sueño con la avaricia
de tener a ella en mi vida
y de algo más.

Sueño con no caer
en las maldades
que quiero un día cometer.
Sueño con el fatal desenredo
de nuestras miradas
al juntarnos bajo un sangredo.

Sueño con el destino desleal
que siempre une tristezas
en un mundo desigual.

Sueño... y ¡pum! me acabo de despertar.

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Dedicada para Elena T. C. para que lo disfrute en su cumple (modificación hecha el 13/10/13)

jueves, 13 de junio de 2013

Ensayo poético de comida (Pistachos)

Pistachos que abro
con un corazón torturado.
Pistachos que abro
y un dolor que me guardo.

Los abro lentamente
como transcurrió aquel momento
que aún me golpea a la mente.

Los abro con tanta prisa
que descuidando los modales
desaparecí rompiendo tu risa.

Tragando el llanto pordiosero
de malta y cebada
recuerdo aquel momento
que destruyó un posible regreso.

Tragando agua de muchedumbre
desciendo de las nubes
y acabando en la cumbre
de caídos y vencidos.

Pistachos que abro
se les parten la piel
como esperanzas falsas
o verdades acabadas.

Pistachos que abro
son de color verde
y no es cierto lo que dicen de él.

Pistachos que abro
y que parto
y llego a triturar.

Pistachos:
lo único que van a tocar
mis solitarios labios.
******************
NOTA DEL AUTOR: Probando, como siempre, nuevas formas de escribir. Esta vez me vino esta idea, como no, mientras comía pistachos junto a una fría cerveza en la terraza de mi casa. Mezclando la ficción de una triste historia junto a la realidad de que estaba comiendo pistachos salió esta poesía sin dedicación.
¡Qué será lo próximo señores!

martes, 4 de junio de 2013

Furia


  La tensión del momento
encrespaba el tiempo
y explotaban las agujas
con un aroma intenso
que me recordaba a ella.

En la lentitud de la melancolía
donde la tristeza gobierna
con total autonomía,
tendré la ocasión
de obtener un arma
para arrancarle el corazón
como un animal salvaje
a mi adversario,
al déspota sanguinario.
 
La furia y la rabia
me consumen en dolor
mientras pierdo color
y sangre por los puños
y por la boca cuando escupo.

Que en mi suprema sensación,
al son de los truenos celestes
que caen rompiendo el infinito
y deshaciendo el horizonte
mi espíritu se convierte en ira,
en oleaje de mares hambrientos
y en golpes de vientos
que hacen de punzón.

Que los aullidos de dolor infernal
y la cólera convertida
en un rugido bestial
salían del furor de un animal
que le faltaba saciar
venganzas llenas de rencor.

Sólo por ella bebía de su sonrisa:
bella damisela
de colores extravagantes
que raptada la han tenido
en un baúl de vidas maleantes.

Era mi vida, mi pasión
mi forma de decir
que yo puedo vivir
sin tener dentro de mí
un propio corazón
que me haga sentir
mi sangre al hervir
por juntarse cuatro labios
en un camino
y un porvenir.

Al encontrarla muerta,
y tendida en mis brazos,
supe que en mi interior
el ángel o el demonio murió,
y solo muerte,
en mi interior,
dejó...

Las lágrimas que resbalaban
sobre el perdido rostro
de un muerto silencioso
solo servían para ver
que habían dos cadáveres en la calle,
solos dos se besaban.

Y yo, que nació de mi alma
la destrucción
sin compasión,
un dios de la muerte,
del pecado,
o más bien del infierno.

Y yo, que en mi apagada mirada
nacía la fecha de la muerte
de aquel que tentase a la suerte
en forma de rabia,
impetuosa ira,
y dolor...

Y yo, que crio los cuervos
de oscuro plumaje
y picos sangrientos
que la vista es su alimento,
como piezas de rubí,
y siendo mis acompañantes
están encima y posados,
 enterrando dos cuerpos,
dos cuerpos sin aliento
enterrados por un muerto.

Y yo, en la densa niebla y el silencio
en un augurio le buscaré
donde no hombre
sino la Muerte le encontrará.

Y en la fría oscuridad
donde vive el pecado
el odio y el mal,
allí, con el humo de tabaco,
le esperaré.