sábado, 25 de octubre de 2014

De ayer a hoy: decadencia

Era día y noche,
caminos erguidos
y caminos hundidos:
un cuento de color ocre.

Eramos fuerza,
riqueza y valentía
sonando como la alegría...
adueñándonos con destreza.

Somos tierra,
somos mar,
somos el aire
que navega.

Somo tierra,
somos mar,
somo el aire
de altamar.

Despertamos de las ruinas,
como principio de Gea,
veas...
y nos lanzamos a por lubinas,

Que el precio del mar
lo cubre la riqueza
y extranjeras cabezas,
el robo natural.

Que pensar en Venus
o en Eros
era el valor de todo hombre guerrero
de todo hombre o mujer.

Asuntos de papel
para el cobarde
que huye del desafiante
y se esconde bajo un estanco de miel.

Somos tierra,
somos mar,
a hoy, ¿qué nos queda
debajo de tanta cerveza?

Tantas riquezas
y tanta pobreza
¿Donde el oro,
donde las joyas?

¿Dónde los diamantes
que tanto se pulieron?
Sólo veo hombres de papel
que al suelo remetieron.

Poco es el tesoro
que nos queda:
pepitas y cera
gastamos nosotros.

Poesía y letra,
como espada,
como ballesta,
como arma que se te clava.

Somo tierra,
somos mar,
somos el aire
que navega.

Somos tierra,
somos mar,
somos el aire
que se entierra.