martes, 4 de junio de 2013

Furia


  La tensión del momento
encrespaba el tiempo
y explotaban las agujas
con un aroma intenso
que me recordaba a ella.

En la lentitud de la melancolía
donde la tristeza gobierna
con total autonomía,
tendré la ocasión
de obtener un arma
para arrancarle el corazón
como un animal salvaje
a mi adversario,
al déspota sanguinario.
 
La furia y la rabia
me consumen en dolor
mientras pierdo color
y sangre por los puños
y por la boca cuando escupo.

Que en mi suprema sensación,
al son de los truenos celestes
que caen rompiendo el infinito
y deshaciendo el horizonte
mi espíritu se convierte en ira,
en oleaje de mares hambrientos
y en golpes de vientos
que hacen de punzón.

Que los aullidos de dolor infernal
y la cólera convertida
en un rugido bestial
salían del furor de un animal
que le faltaba saciar
venganzas llenas de rencor.

Sólo por ella bebía de su sonrisa:
bella damisela
de colores extravagantes
que raptada la han tenido
en un baúl de vidas maleantes.

Era mi vida, mi pasión
mi forma de decir
que yo puedo vivir
sin tener dentro de mí
un propio corazón
que me haga sentir
mi sangre al hervir
por juntarse cuatro labios
en un camino
y un porvenir.

Al encontrarla muerta,
y tendida en mis brazos,
supe que en mi interior
el ángel o el demonio murió,
y solo muerte,
en mi interior,
dejó...

Las lágrimas que resbalaban
sobre el perdido rostro
de un muerto silencioso
solo servían para ver
que habían dos cadáveres en la calle,
solos dos se besaban.

Y yo, que nació de mi alma
la destrucción
sin compasión,
un dios de la muerte,
del pecado,
o más bien del infierno.

Y yo, que en mi apagada mirada
nacía la fecha de la muerte
de aquel que tentase a la suerte
en forma de rabia,
impetuosa ira,
y dolor...

Y yo, que crio los cuervos
de oscuro plumaje
y picos sangrientos
que la vista es su alimento,
como piezas de rubí,
y siendo mis acompañantes
están encima y posados,
 enterrando dos cuerpos,
dos cuerpos sin aliento
enterrados por un muerto.

Y yo, en la densa niebla y el silencio
en un augurio le buscaré
donde no hombre
sino la Muerte le encontrará.

Y en la fría oscuridad
donde vive el pecado
el odio y el mal,
allí, con el humo de tabaco,
le esperaré.

 

3 comentarios:

  1. Es cierto si lo lees en vos alta se aprecia mucho mejor la extraordinaria composición que has logrado. Un saludo.

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  2. Hola Nereo! Te comento con más profundidad en tu mensaje. Cambiaría un par de pinceladas estilísticas pero algunas de tus estrofas son una delicia :) (la octava estrofa me cautivó!).
    Te seguiré leyendo con mucho placer. Un saludo!

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  3. Hola Nereo, encantado de venir a visitarte y deleitarme con otro de tus poemas. A seguir así.
    Un abrazo amigo!

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